Land Rover se ha asociado con la marca de caravanas Airstream en una aventura hacia el Círculo Polar Ártico para demostrar las capacidades del nuevo Range Rover Sport Hybrid. El recorrido de 4.000 kilómetros tuvo su inicio en Gaydon (Reino Unido) para finalizar en el Círculo Polar Ártico.
La marca inglesa se ha propuesto probar a fondo las cualidades del Range Rover Sport Hybrid. ¿Cómo? Realizando un épico viaje de 4.000 kilómetros con un invitado de lujo detrás: una caravana Airstream de más de 8 metros de longitud, el sueño de todo amante de la naturaleza. La aventura tuvo como punto de partida la central de Land Rover en Gaydon (Reino Unido), y como destino final, las instalaciones que la marca tiene en Arjeplog, cerca del Círculo Polar Ártico. La razón de esta asociación con la firma norteamericana de caravanas es que muchos de los clientes de Airstream afirman recurrir a vehículos de la marca británica para tirar de sus casas rodantes.
Durante la ruta, el equipo Land Rover tuvo que cruzar el puente de Øresund (Suecia), que estaba siendo golpeado por los últimos envites del Huracán Ole. Los vientos laterales huracanados pusieron a prueba el Sistema de Control de Estabilidad de Remolque, que equipaba el Range Rover Sport Hybrid. Este sistema es capaz de mitigar cualquier balaceo de la carrocería actuando, de manera individual sobre cada rueda, en función de las necesidades de cada momento, antes de que cualquier movimiento se pueda convertir en un problema para la estabilidad del vehículo y del remolque. Partiendo del Centro de Diseño e Ingeniería de Land Roveren Gaydon, ubicado en la región de West Midlands, el equipo tomó rumbo hacia Mengerskirchen (Alemania), donde una caravana especialmente preparada para condiciones invernales les esperaba en las oficinas europeas de Airstream. La unidad elegida fue una Airstream 684, la más grande a la venta en Europa. Sus 8,25 metros de longitud incluyen dos camas de matrimonio, televisión vía satélite, una completa cocina y un cuarto de baño con superficies en acabados Corian. La caravana, una vez equipada con todo lo necesario para las duras condiciones invernales y todo el equipo necesario para llevar a cabo con éxito la expedición, alcanzaba un peso de más de 2,5 toneladas.
A medida que se acercaban al Círculo Polar Ártico y las temperaturas descendían hasta los -22ºC, la capacidad de enfrentarse a climas heladores y el confort de vehículo y remolque aseguraron que conductor, pasajeros y todo el equipo que cocinaba y dormía en la caravana, no se viesen afectados por las inclemencias. El final del viaje terminó en las instalaciones de Arjeplog, en el norte de Suecia, el campo de pruebas invernales de toda la gama Land Rover. Durante más de cuatro meses al año, el equipo de ingenieros lleva los vehículos hasta sus límites frente a condiciones extremas con temperaturas que pueden descender hasta los -39º C durante el día e incluso hasta -42º C durante la noche.
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