Pero de todos los papeles que ha desarrollado en la sociedad automovilística, el deportivo es el que le ha dado su mayor fama. Las siglas GTI tienen su denominación de origen en el Volkswagen Golf. Y obviamente es el GTI por excelencia. No hay deportivo a su nivel en cualquiera de sus generaciones tan presente y atemporal. Es la perfecta simbiosis del práctico compacto y el deportivo racional. Sin desmesura. El GTI tiene que ser el deportivo para todo y todos. Especialista, pero equilibrado y natural. Hay un Volkswagen Golf R para enfrentamientos más cruentos.
Volkswagen Golf GTI, el auténtico
Hoy el GTI en su variante más afinada Performance cuenta con un motor 2.0 TSI de 230 CV, 10 más sobre el GTI estándar. Y como en éste, puede combinarse con un cambio de doble embrague DSG de 6 velocidades que simpatiza con su filosofía. Entre el motor y el cambio, el paquete Performance incluye unautoblocante mecánico formado por un embrague multidiscos que desvía mayor par a la rueda con mayor adherencia, para mejorar la motricidad y la direccionalidad en curva cerrada. La respuesta de su motor lo merece.
El 2.0 TSI es una mecánica emocionante, por su empuje y afinada acústica de escape. No hay nada más deportivo que un motor de gasolina. Y con los tiempos que corren, con turbo. El rango operativo del GTI es formidable. Puedes abusar de su bajo régimen y me refiero a rentabilizar su respuesta por debajo de 2.000 rpm, que lo que te encuentras ahí siempre es un fiable empuje. Nunca parece romper el TSI con una progresividad en su respuesta, que no se agota ni por intensidad, ni por emociones hasta llegadas las 7.000 rpm. Por si solo el 2.0 TSI se adecua como ninguno a la conducción que tú quieres en cada momento, desde la más placentera, hasta la más radical, siempre con una respuesta brillantísima por números y formas. Es vital en la filosofía GTI.
Volkswagen Golf GTD, el Diesel
Mientras tanto, nos ha tocado vivir cómo los motores Diesel se han convertido en el estándar generalizado de los automóviles de nuestros días. Y no fue fácil asimilarlo. Pero las mecánicas Diesel acabaron hasta en los segmentos de lujo. Y en los deportivos. Volkswagen asumió hacer un Golf GTI Diesel, el GTD. Hoy con uno de los motores 2.0 Diesel más modernos del mercado, monoturbo pero único en el mundo con distribución variable de escape, el GTD cuenta con 184 CV, pero más parque el genuino GTI: 38,8 mkg frente a 35,7. No sé lo que aceptas por deportivo, pero seguro que las prestaciones y solvencia del GTD son parte del requisito.
Tampoco le falta carácter, cuando un paso más abrupto de bajo a medio régimen contrasta con la linealidad del GTI. Ni emociones acústicas, cuando su resonador de escape marca una huella sonora si no auténtica, con identidad de deportivo. Maquilla como no te puedes imaginar el ruido ambiental, pero no es menos cierto que no puede disimular su origen cuando lo pones en marcha: sus vibraciones lo delatan. Le falta refinamiento... aunque también le "sobra eficiencia". Es más lento que el GTI, pero no menos despreocupado en cualquier tipo de conducción. Pero es un Diesel y pronto, antes de 4.500 rpm, su escalada de revoluciones se corta.
El Volkswagen Golf GTD no ruge como lo hace el GTI a más de 6.000 rpm. Su poderío está mucho más abajo. No necesita tantas revoluciones para salir catapultado. Su conducción en menos estresante. Que es lo mismo que menos estimulante. Pero pasan los kilómetros y no tienes que repostar. No es posible que un deportivo consuma tan poco. El cambio DSG también es parte, si quieres, del GTD. Y funciona como en el GTI, gestionando los cambios suave y rápidamente, adaptándose a las características particulares de cada motor.
Volkswagen Golf GTE, el híbrido
A todo esto, los híbridos empiezan a circular por nuestras calles. Y también por nuestras carreteras. La hibridación no es una solución de eficiencia energética, que también, es el resultado a un razonamiento técnico en el que se inspiran los Fórmula 1, los automóviles más avanzados y deportivos del mundo. Y es el argumento para dar vida al Volkswagen Golf GTE.
Su motor térmico 1.4 TSI aporta 150 CV. Tiene perfil de 2.0 TSI a escala reducida. 102 CV aporta su motor eléctrico. Juntos suman una potencia combinada efectiva de 204 CV. Y como tal, el GTE acelera. Mucho. Es más fácil ver al GTD desde el retrovisor del GTE, que viceversa. El GTI es inviolable. Pero seguramente sea el GTE el menos deportivo si no lo buscamos. Aun con la participación del motor eléctrico, el GTE parece que se mueve al son de su motor 1.4 TSI. Que no es poco, pero sí menos que GTI y GTD. Hasta que buscamos la implicación de su hibridación.
Pisando el acelerador con más intensidad y especialmente a fondo, de inmediato recibes una sobreaceleración, un "pico" en su empuje, que cualquier efecto turbo de los GTI y GTD es nada. El funcionamiento y sincronización de sus dos motores es elegantísimo. No suena el GTE a lo que hemos asimilado en losdeportivos del siglo pasado, como también están cuestionados en este sentido los actuales F1. Todo resulta más fino ysilencioso. Más refinado. No le falta un cambio DSG que propone más normalidad y sencillez a tanta modernidad. Ese vanguardismo que hace que el GTE sea mágico cuando rodamos exclusivamente en eléctrico. Es una deportividad de otro mundo. Idílico cuando dejamos aparcado el deportivo y sólo queremos la practicidad del Golf urbano.
Dejadas las calles, hay autopistas y carreteras. Y los Volkswagen Golf GTI y Volkswagen Golf GTD muestran ahí sus mejores dotes. En los más retorcidos recorridos, el Volkswagen Golf GTIes el mejor. Es el más especializado como deportivo. Especialmente este Performance. Lo sientes el más ligero. Y si no tiene aparentemente mejor entrada en curva que el GTD, sí lo hace mejor a la salida, con un autoblocante mecánico activocon el que te animas a adelantar mucho antes la aceleración que con el GTD, al que no le falta un sucedáneo electrónico de autoblocante.
Aun así, por chasis no siento al Volkswagen Golf GTD menos elaborado, con el que ruedas con la misma intensidad y sencillez. No son los Golf coches dinámicamente radicales. Y sí los más equilibrados. Y más equilibrio impone el Volkswagen Golf GTD en los trazados más abiertos de autopista. No porchasis, por motor. Su 2.0 Diesel gira más desahogado con la 6ª más generosa. Y su eficiencia a altas velocidades y cruceros mantenidos no es superable ni por la hibridación del Volkswagen Golf GTE. Lastrado de kilos (130 más que los otros), el Volkswagen Golf GTE se siente firme para contener su mayor masa. Y por ese tacto y confianza, te ves pilotando con las mismas ganas. Pero su tren delantero te marca un subvirajeque creías inexistente en el Volkswagen Golf, especialmente en el Volkswagen Golf GTI. Y bacheando, su eje trasero responde a veces con cierta brusquedad. Se vuelve más impreciso y también penaliza el confort de los pasajeros traseros.
Aun muy bien repartido entre ejes, su mayor peso conlleva más compromisos que en los Volkswagen Golf GTI y Volkswagen Golf GTD, que como en los buenos deportivos de nuestros días, su amortiguación trabaja equilibradamente también en los asfaltos más rugosos. En cambio su frenada no la extrañas. Recibes a través de su pedal tacto y mordiente de coche convencional.
No sé como evolucionarán los futuros Volkswagen Golf GTI yVolkswagen Golf GTD, si es que el Volkswagen Golf GTE no es ya su evolución. Por ahora hay cabida para los tres. Volkswagen Golf GTI sólo hay uno, sobre todo si has conocido y te has hecho conductor con el que fue el origen de todo, allá por 1976. Pero vivimos otros tiempos. Y llegarán otros diferentes. ¿Nostálgico, pragmático, visionario? Elige tu Volkswagen Golf.